Mi experiencia al tener un mejor amigo canino
17 julio, 2019Tener un lomito que espere con ansias mi llegada a casa es una de las mejores cosas que me ha pasado en la vida. No importa qué tan delgado, gordo, calvo o amargado yo sea, él siempre tiene un ataque de emoción cuando escucha mis pasos.
Con tan solo abrir un poco la puerta, su cola da vueltas sin parar, salta como si una pulga hubiera ingresado por su oreja y me observa, esperando que acaricie su cabeza o juegue con él.
Los médicos no se equivocan cuando afirman que tener una mascota tiene múltiples beneficios para la salud, además de fortalecer el sistema inmunológico y combatir las alergias, su cara de convencimiento me obliga a olvidar el cansancio diario y sacarlo a pasear.
Parece de locos pero lo considero mi mejor amigo, y es más cercano que algunos parientes o compañeros de trabajo. Se ha vuelto tan importante en mi vida que gracias a él me he hecho más responsable, ya que su salud depende en gran parte de alimentarlo a tiempo, aplicarle sus vacunas, bañarlo y más.
Su compañía hace la diferencia en días donde no hay nadie más e irónicamente, debido a él, soy más sociable. Es casi imposible sacarlo a la calle sin que alguien se agache a acariciarlo y eso inicia el tema de conversación.
Aunque obviamente no todo es miel sobre hojuelas, a veces cuando huele un poco de comida, se echa a correr y tengo que salir detrás de él, además no es nada placentero recoger sus heces y cuando llueve, su olor es… no sé, demasiado fuerte.
Aún con todo eso, el sinvergüenza se ha ganado el corazón de mis amigos más cercanos y de mi pareja, lo ve con tanta ternura que a veces puedo llegar a sentir un poco de celos.
No puedo esperar al día en que tenga hijos y todos compartamos momentos inolvidables.
En México, el tercer domingo de cada mes de julio se hace un homenaje dedicado al ‘mejor amigo del hombre’ que tiene por misión darles un hogar a cientos de perros de vagan por las calles, sin comer o sin beber agua a pesar de las inclemencias del clima.
Son tan tiernos, espontáneos, protectores y fieles, que día a día se abren más puertas de restaurantes donde los admiten e incluso, el Turibús abrió un Turi Pet pensado en consentirlos y darles regalos originales.
Espero que mi experiencia te anime a abrir un huequito en tu corazón para un peludo amigo, que te garantizo, traerá mucha alegría a tu hogar.